Las infecciones vaginales son una realidad para muchas mujeres, y pueden ser el resultado de una variedad de causas, incluyendo infecciones bacterianas, fúngicas y virales.
Las infecciones vaginales pueden causar una variedad de síntomas incómodos, incluyendo picazón, ardor, mal olor y secreción vaginal.
Pero, lo que muchas mujeres no saben es que las infecciones vaginales también pueden tener un impacto negativo en el suelo pélvico.

¿QUÉ ES UNA INFECCIÓN VAGINAL?
Las infecciones vaginales, son aquellas que afectan la parte externa del aparato reproductor femenino, la vagina, que es el conducto que da entrada al útero.
Estas son causadas por microorganismos que producen una inflamación de la mucosa vaginal y de la piel vulvar (vulvovaginitis).
En los casos que solo afecta a la vulva esta entidad se llama vulvitis y si afecta a la vagina, vaginitis. Ambas inflamaciones combinadas dan la vulvovaginitis.
Los principales causantes de las infecciones vaginales (vaginitis o vulvovaginitis) son ciertos organismos vivos, como bacterias, hongos o virus, pero también agentes externos, como productos para la higiene íntima o espermicidas.
También suele aparecer al tener las primeras relaciones sexuales.
TIPOS DE INFECCIONES VAGINALES
VAGINITIS INFECCIOSA
Infección por Chlamydia o Clamidiasis
Causada por la bacteria Chlamydia trachomatis (Clamidia). En la mayoría de los casos, es asintomática, lo que dificulta su diagnóstico.
Las señales más comunes son, flujo de tono más blanquecino con un olor distinto al habitual, ardor al orinar y dolor en las relaciones sexuales.
Vaginosis bacteriana
Ocurre cuando hay un desequilibrio entre las bacterias “buenas” y las “dañinas” que hay en la flora vaginal, siendo estas últimas más abundantes.
Suele ser causada por una bacteria llamada Gardnerella vaginalis, aunque hay diversas las bacterias que pueden estar presentes en esta entidad.
Los síntomas asociados a la vaginosis bacteriana son: un flujo vaginal acuoso y de color blanquecino o grisáceo con olor parecido al del pescado. También puede ir acompañada de picores en la zona externa de la vagina y escozor al orinar.
Se produce un empeoramiento de los síntomas anteriores tras las relaciones sexuales o durante la menstruación.
Candidiasis vaginal
Esta infección vaginal se debe al hongo candida albicans, que está presente de forma natural en el organismo. El problema surge cuando se reproduce masivamente debido a cambios en la acidez de la vagina.
La candidiasis es una de las infecciones vaginales más comunes. Los síntomas pueden ser muy irritativos. Algunos de estos síntomas son: hinchazón, picor o ardor en la zona de la vulva, flujo vaginal blanquecino amarillento y es más denso de lo habitual.
Vaginitis tricomoniasis
Infección transmitida por el parásito protozoario llamado Trichomonas vaginalis.
El síntoma más característico es una secreción de tono amarillento o verdoso con olor a moho, además de ardor y picores en la vagina.
VAGINITIS NO INFECCIOSA
Es la inflamación de la vagina o de la vulva y la vagina (vulvovaginitis) que surge por el uso de espermicidas, productos de higiene íntima (compresa, salvaslips,etc), duchas vaginales, por llevar ropa ajustada o por falta de higiene.
Este tipo de malestar puede afectar incluso a niñas en edad previa a la pubertad, provocando una reacción alérgica, que incluye, dolor, picor y ardor, exceso de flujo.
También se dan casos durante la menopausia debido al descenso de hormonas. Esta situación puede generar sequedad vaginal, causando dolor o ardor durante las relaciones sexuales.

¿CÓMO PUEDEN AFECTAR LAS INFECCIONES VAGINALES AL SUELO PÉLVICO?
Las infecciones vaginales pueden afectar el suelo pélvico de varias maneras. Por lo tanto, es importante tratar las infecciones vaginales tan pronto como sea posible para minimizar el impacto negativo en el suelo pélvico.
Primero, las infecciones vaginales pueden causar inflamación y dolor en los tejidos que rodean los músculos del suelo pélvico.
Esto puede afectar al tono de dicha musculatura y hacer que sea más difícil su correcta funcionalidad.
Además, las infecciones vaginales pueden alterar el equilibrio natural de bacterias en la vagina, lo que puede aumentar el riesgo de infecciones del tracto urinario.
Las infecciones del tracto urinario pueden causar inflamación en la vejiga y la uretra, lo cual tendrá un efecto directo sobre la musculatura del suelo pélvico impidiendo que tenga una correcta funcionalidad.
Otra forma en que las infecciones vaginales pueden afectar el suelo pélvico es a través de la medicación utilizada para tratarlas.
Esto puede incluir el uso de medicamentos antifúngicos, antibióticos, o antivirales, dependiendo de la causa subyacente de la infección.
Algunos medicamentos utilizados para tratar las infecciones vaginales pueden tener efectos secundarios que afectan la salud del suelo pélvico.
Por ejemplo, los antibióticos pueden matar tanto las bacterias malas como las buenas en el cuerpo, lo que puede alterar el equilibrio natural de bacterias en la vagina y aumentar el riesgo de infecciones del tracto urinario y de reincidencias de infecciones vaginales.
Por tanto, es importante evitar el uso excesivo de antibióticos, ya que estas posibles reincidencias de infecciones vaginales y urinarias pueden sensibilizar las estructuras del suelo pélvico y generar otros problemas (dispareunia, irritabilidad, vejiga hiperactiva, dolor pélvico crónico, etc).
Se debe tener en cuenta que algunas mujeres pueden ser más propensas a las infecciones vaginales que otras.
Las mujeres que experimentan cambios hormonales durante el embarazo o la menopausia, o que tienen sistemas inmunológicos debilitados debido a la enfermedad o el uso de medicamentos, pueden estar en mayor riesgo de infecciones vaginales.

¿CÓMO PODEMOS PREVENIR LAS INFECCIONES VAGINALES?
Hay una serie de medidas preventivas que pueden ayudar a reducir el riesgo de infecciones vaginales y proteger la salud del suelo pélvico.
La prevención es clave cuando se trata de infecciones vaginales y la salud del suelo pélvico. Estas medidas de prevención se centran principalmente en mantener una buena higiene vaginal: Algunas medidas preventivas incluyen:
- Lavarse la vulva regularmente solo con agua y si has hecho actividad deportiva o has sudado mucho ese día, puedes usar jabón con el pH adecuado.
- Evitar el uso de productos perfumados o irritantes en la zona vaginal como las toallitas.
- Limpiarse de delante a atrás cuando vas al baño.
- Durante la menstruación evitar el uso de compresas, salvaslips y tampones; en su lugar usar copa menstrual.
- Usar ropa interior de algodón y evitar la ropa ajustada: la ropa ajustada y los materiales sintéticos pueden retener la humedad y aumentar el riesgo de infecciones vaginales.
- Evitar las duchas vaginales: las duchas vaginales pueden alterar el equilibrio natural de bacterias en la vagina y aumentar el riesgo de infecciones.
- Practicar sexo seguro: usar condones y limitar el número de parejas sexuales puede ayudar a prevenir las infecciones de transmisión sexual, que pueden aumentar el riesgo de infecciones vaginales.
- Mantener una dieta equilibrada, y beber suficiente agua para ayudar a mantener un sistema inmunológico fuerte.

FISIOTERAPIA DE SUELO PÉLVICO TRAS INFECCIONES VAGINALES
Las mujeres que han experimentado infecciones vaginales recurrentes o problemas de salud del suelo pélvico deberían acudir a un fisioterapeuta especialista en suelo pélvico, así como a una revisión ginecológica.
Estos profesionales pueden ayudar a evaluar la salud del suelo pélvico y recomendar ejercicios específicos y usar técnicas adecuadas a cualquier problema subyacente.
Algunas de las técnicas fisioterápicas son:
- Terapia manual para ayudar a normalizar el tono de la musculatura del suelo pélvico, aliviar síntomas, etc.
- Diatermia para mejorar la circulación local, el trofismo de los tejidos y la lubricación entre otros efectos..
- Ejercicios analíticos de suelo pélvico para mejorar la fuerza y la funcionalidad de la musculatura del suelo pélvico.
- Ejercicios de propiocepción, movilidad pélvica y estiramientos para aliviar síntomas.
Además de los tratamientos mencionados, para restablecer el equilibrio de la flora vaginal se recomienda el uso de probióticos vaginales en forma de óvulos o cremas. Estos proporcionan un alivio rápido y eficaz al entrar en contacto directo con la zona afectada.
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